Un nobel que no hemos leído...
Imre Kertész fue un escritor húngaro (1929-2016), le otorgaron el premio Nóbel en el año 2002 y esta novela que acabo de leer "Liquidación", fue escrita posterior a esa fecha. La traducción es de Adán Kovacsics, periodista argentino de ascendencia húngara, quién ha trabajado varias obras de este autor, y es publicada por Alfaguara.
No puedo omitir mencionar el
epígrafe tomado de la novela “Molloy” (1), la obra de Samuel Beckett
(comentada en este espacio hace varios meses) que se caracteriza
por la dureza y dificultad para leer una prosa abrupta, como esta, para leerla
de un tirón, pues como Kertész escriben sin pausa, pues la historia no la
tiene.
"Liquidación", narra
la vida de cuatro personas y una de ellas se llama Keserú, como su padre, y
como su abuelo, también así llamaban a su bisabuelo, pero este el actual, del
que hablamos, es editor y entra en la novela a una reunión de los Directivos
propietarios de esta editorial marginal, con más de cuarenta años de
funcionamiento, pero que se debe liquidar por ausencia de fondos. Entra con un
folder bajo el brazo y lo lanza sobre la mesa porque la propuesta es aún editar
la obra póstuma de su mejor amigo, una obra de teatro que se llama "liquidación",
cuya primera escena comienza con un editor que entra a la reunión del Comité
Directivo para anunciar la liquidación de la empresa por falta de fondos… todo
es igual, la imagen del espejo que se refracta y no sabemos si el de la
realidad es el mismo, o es el personaje de ficción de la obra que leemos, sobre
el personaje de la realidad, por eso poseen el mismo nombre y hay que darle un alias
al personaje que escribió la obra de teatro que se despliega dentro de la
novela que leemos, escrita por un tal Kertész, premio Nobel. Por ello al
escritor de la obra de teatro le llaman “Bé” a quién todos aman, y les duele tanto
su suicidio, dicho de sopetón, ahí en la cuarta o quinta página del texto que
leemos.
Por eso tengo que advertir que
sus primeras páginas no son nada fáciles de perseguir, más si uno piensa que
con todo esto es suficiente, pero se inicia aquí una novela policiaca,
filosófica, amorosa, cruzada con una obra de teatro o un texto que Bé debió
terminar o dejar bajo custodia y que Keserú, el editor, quiere encontrar en
medio de recuerdos, pasiones ocultas, sentimientos que surgen desde las
profundidades del alma de Judith, la primera esposa de Bé, quién lanza una
jarra de agua helada a un lector que conoce ya muchas cosas de ese escritor
solitario, siempre de espaldas, malhumorado, lacónico, pero no la razón de su
suicidio, que es imposible debelarla aquí, por ser esta una obra magnífica de
un nobel desconocido que aunque se ha publicado casi toda, en español y con cuidado absoluto, debe ser leída por mis amigos.
Los escritos de Imre Kertész, son
casi todos autobiográficos pues él, a los cinco años y por motivo de la
separación de sus padres, fue llevado a un internado y a los quince años a un
campo de concentración por su origen judío, donde milagrosamente sobrevive y
luego viaja a Budapest. La mayor parte
de sus novelas tratan este tema especialmente su relato más conocido “Sin
destino” 1975, obra maestra sobre la destrucción masiva alemana (narra el
paso por diversos campos nazis de un adolescente húngaro y judío de quince años
en el último año de la II Guerra (es un doble de Imre Kertész a los catorce
años)).
"Liquidación",
novela que en este momento recomiendo, no tiene relación con el tema de la
persecución judía, pero esa se resbala en la vida de los cuatro personajes que
viven un mundo desacomodado, prisionero en sus propias celdas que no terminan.
Los dejo ahí…. ¡! Con este
escriba (2)…
(1)
“Entonces entré
en casa y escribí:
Es
medianoche.
La
lluvia azota los cristales.
No
era media noche.
No
llovía”.
(2)
“Existe una
antigua palabra bíblica , ya en desuso, que designa al doctor de la ley: el
escriba. El escriba es más que un talento, el escriba es más que un buen
escritor. No es un filósofo, ni un lingüista, ni un estilista. Bé era un
escriba. Su legado no puede haberse perdido, puesto que nos legó a nosotros.
Ahí está el secreto. No sólo el suyo sino también el nuestro”. Pág. 113.
Anexo No. 1
Relata en primera persona, desde su traslado (Antonio Rojas Martens, se le dice simplemente Martens) al grupo de interrogación, hasta la operación de investigación y acciones de confesión de la verdad de los detenidos por el régimen al atentar contra la patria. Lo hace con textual limpieza, sin manchar de sangre la pluma y el papel, con la tranquilidad de un cirujano que sabe que su trabajo es riesgoso, sin interrupción ni distractivos, sin esa dosis porno-sanguinaria de otras descripciones que se han realizado sobre el mismo tema. Claro que intimida y produce algunos escalofríos, novela negra no lo es exactamente, de policiaca la han calificado, también novela con intensidad diría yo.
Escrita y publicada durante el régimen dictatorial en Hungría. Por ello el autor cambió el lugar donde acontece la historia, al señalar claramente desde la primera página, que trata de un país suramericano, de lo contrario no la podría haber publicado. Su ubicación es un parche en el texto, el verdadero es ese país del este, allí es el lugar de conformación de la ficción literaria.
No estoy hablando de la gran obra literaria de Imre Kertész, esta es una gran obra corta de un gran maestro del manejo de los acontecimientos en el tiempo.
Anexo No. 2
Leo el segundo relato de Imre Kertész del libro “La bandera inglesa” de
Editorial Acantilado y subtitulado “El buscador de huellas”. Relato distinto a
los anteriores pues maneja una terminología ambigua sin definir nada, en una conversación
de un hombre con su invitado que lo investiga por algo, que ambos saben y que
no dicen, de un sitio y de unos acontecimientos que no se señalan, de una
acusación que no se sabe por qué. Suceden cosas no claras, viajes del visitante
con su esposa a buscar algo que él mismo no le cuenta a su cónyuge y un
desenlace extraño y abierto, no entendible.
Lo importante aquí es que durante el texto del cuento del autor húngaro
Kertész se hace una referencia a Man y a este cuento “Sangre de Welsungos” y
que tiene que ver con la ópera de Wagner “La Valkirias” pues los personajes de
la novela de Man se llaman Sigmundo y ella Siglinda, dos hermanos gemelos, al
igual que los personajes de la ópera.
En la novela Man se describe una versión libre de la opera a través de los
ojos de los protagonistas hermanos que son espejo de los artistas operáticos y
como mirándose en un modelo, los reales (en la ficción de Thomas Man) le dan
salida, no clara, a sus vidas.
Se sabe que la versión autorizada por Mann fue otra y así se publicó en
la época. Contenía dos palabras, una en hebreo y otra en Yiddish, que han
emproblemado a los traductores y que dejan una sombra aún más oscura sobre la
novela.
Yo leo las dos novelas, las del húngaro y del alemán, luego escucho y
veo con detenimiento la ópera. Tienen en definitiva una sombra en común: la
indeterminación. Son lecturas para utilizar lápiz y destornillador, lectura que
recomienda ahora que termina este año extraño, difícil ininteligible.
Carlos Luis Torres, diciembre 20 de 2024
Comentarios
Publicar un comentario